Un grupo de comunicadores cristianos, reunidos en Busán, en Corea del Sur, sede de la próxima 10ma. Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias (WCC por sus siglas en inglés),afirma que el mundo de la comunicación ha cambiado tan radicalmente en los últimos veinte años, que ya es hora de que las iglesias comiencen a reconsiderar la forma en que ellas comunican temas referentes a injusticias y conflictos,
El grupo de periodistas y comunicadores que defienden el derecho a la comunicación se reunieron esta semana para hacer elaborar un borrador de declaración sobre el tema de la Asamblea,
Dios de la Vida, guíanos hacia la justicia y la paz. La Asamblea está programada para sesionar del 30 de Octubre al 8 de Noviembre de 2013.
“La última vez que WCC discutió el tema de cómo comunicarse con el mundo, fue en su asamblea en Vancouver en 1983”, manifestó Cheon Young-Cheol, Coordinador de Comunicación coreano del Comité Organizador de Corea (KHC por sus siglas en inglés para la Asamblea. “Desde ese entonces, han surgido los medios de comunicación sociales y los periodistas ‘ciudadanos’. Ya es tiempo a estas nuevas oportunidades que las iglesias tienen ahora para recopilar y difundir noticias sobre injusticias y abusos contra el medio ambiente”.
La consulta sobre la comunicación fue acordada por iniciativa del HKC y fue co-moderada por el Consejo Mundial de Iglesias (WCC) y la Asociación Mundial para la Comunicación Cristiana (WACC por sus siglas en inglés). WCC también co-auspició el evento.
El grupo de doce miembros incluyó a representantes de los medios de comunicación cristianos coreanos, así como periodistas de las iglesias y especialistas en comunicación de la India, Alemania, Canadá, Argentina, Brasil y Suiza.
“En los años recientes, los medios de comunicación sociales han surgido, y con ellos, las fuentes de historias e información sobre las zonas de conflicto a nivel mundial se han multiplicado. Sin embargo, al mismo tiempo siguen persistiendo la injusticia y los conflictos”, comentó Marcelo Schneider de Brasil. “Si las iglesias toman en serio el potencial de los medios de comunicación sociales para que el pueblo sea partícipe de cambiar la situación en que se encuentra, entonces éstos pueden ser un poderoso motivador para la transformación social”.
La declaración elaborada por el grupo destaca la pérdida de integridad en el periodismo consecuencia del pequeño número de corporaciones de medios de comunicación que controlan la mayoría de las noticias difundidas y recibidas hoy en día. Si bien los medios de comunicación sociales han abierto los canales de información a muchas más voces, esto también trae consigo una serie de retos sobre el uso compartido de la información, según expresa la declaración.
En sentido general, la declaración apunta hacia la necesidad de los comunicadores eleven las voces de aquellos que están oprimidos y marginados, a la vez que recomienda que le de a estos grupos un mayor acceso a los canales del uso compartido de la información.
La declaración termina con un “llamado a la acción”, exhortando a las iglesias a reconocer y apoyar el papel de la comunicación en las iniciativas para abordar y transformar las causas fundamentales de la destrucción medioambiental, la violencia y el abuso contra los derechos humanos.
“Las iglesias tiene que apoyar tanto a los periodistas ciudadanos como a sus colegas profesionales de la comunicación para que las historias sean recogidas eficazmente y sean contadas con integridad” dijo Karin Achtelstetter, Secretaria General de WACC.
El borrador de la declaración será presentado a WCC como el ente coordinador de la Asamblea, con el objetivo de que haya una discusión adicional sobre el documento en la reunión del Comité Central de WACC a finales de agosto.
Entre las organizaciones auspiciadoras de la consulta sobre la comunicación se encuentran KHC, WCC, WACC, la Universidad Presbiteriana de Busán y varias iglesias locales en Busán.
Declaración de Busán sobre la Comunicación
Retomando la comunicación para la vida, la justicia y la paz
La declaración de la “Consulta internacional sobre el tema de la décima asamblea del Consejo Mundial de Iglesias: Una perspectiva desde la comunicación” realizada en Busán, Corea del 22 al 25 de mayo de 2012 y organizada por el Consejo Mundial de Iglesias (CMI), la Asociación Mundial para la Comunicación Cristiana (WACC) y el Comité Anfitrión Coreano (KHC).
Preámbulo
El mundo de hoy es muy distinto al que existía cuando el Consejo Mundial de Iglesias abordó el tema de la comunicación en sus Asambleas de Uppsala (1968) y Vancouver (1983). Hoy, muchas personas en muchos lugares, incluyendo niños y niñas, comparten sus historias a través de plataformas mediáticas – desde las redes sociales del Internet hasta las iniciativas del periodismo ciudadano – más potentes que aquellas utilizadas por iglesias, gobiernos y conglomerados mediáticos hace 30 años.
Estructuras políticas, económicas, sociales y culturales han sido transformadas por la globalización y la innovación tecnológica. Sin embargo, elementos importantes de nuestro contexto no han experimentado cambio alguno. Cuestiones urgentes de justicia e igualdad siguen pendientes en todo el mundo, especialmente en aquellos países que sufren represión, conflicto y pobreza.
Ahora, cuando el Consejo Mundial de Iglesias se prepara para reunirse en la península coreana, recordamos el papel jugado por la comunicación, sembrando divisiones que han existido por generaciones pero también sembrado semillas de paz.
En el mundo de hoy, a pesar del potencial ofrecido por los medios sociales, un pequeño número de corporaciones e individuos poderosos siguen determinando cuáles son las voces escuchadas y las imágenes vistas por el público en general. De esta manera, juegan un papel importante en la formación de políticas y opinión públicas, moviendo al público hacia la guerra o la paz.
La integridad de la empresa periodística ha sido amenazada por los conglomerados mediáticos y desafiada por los nuevos medios que están surgiendo. Algunos trabajadores y trabajadoras en los medios – entre ellos, periodistas – se han atrevido a visibilizar las preocupaciones de las y los excluidos y a interpretar atinadamente como fluye el poder en el mundo de hoy.
Comunicadoras y comunicadores que aprenden como discernir el flujo del poder político, económico y cultural en determinado momento y lugar, pueden denunciar los abusos de los poderosos y defender la dignidad de viudas y huérfanos, excluidos y extranjeros. Comunicadores y comunicadoras también pueden anunciar la Buena Nueva de como Dios está trabajando en medio nuestro para cambiar la dirección de la historia humana hacia la justicia y la paz.
La comunicación para la vida, la justicia y la paz
Durante la segunda guerra mundial, muchas mujeres – entre ellas, muchas coreanas – fueron convertidas en esclavas sexuales por soldados japoneses. En forma eufemística, se llamó “mujeres de consuelo” a estas víctimas de la guerra. A partir del 8 de enero de 1992, un grupo de sobrevivientes se reunió semanalmente frente a la embajada japonesa en Seúl, Corea, pidiendo que el gobierno japonés se arrepintiera públicamente de los actos de sus fuerzas armadas durante la guerra. Al reunirse para su manifestación número mil, el 14 de diciembre de 2011, dedicaron una estatua de una niña descalza sentada en una silla escolar. A su lado, hay una silla vacía invitando al público a sentarse a su lado en solidaridad. Como comunicadoras y comunicadores cristianos, se nos llama a sentarnos a su lado y ser testigos al servicio de la vida, la justicia y la paz.
Dios de la Vida
¿Qué habría sucedido si Dios no hubiera hablado?
Según el relato de Génesis: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra. . .” Dice el evangelio según San Juan: “En el principio era el Verbo. . . Todas las cosas por medio de él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho.”
Sin la comunicación no habría vida. La creación fue, y sigue siendo, un acto de comunicación. La comunicación fue, y sigue siendo, un acto de creación.
Todo ser viviente está formado por muchas células que pueden sobrevivir solamente si hay comunicación entre ellas. Según la cosmovisión oriental tradicional – una cosmovisión compartida por muchos pueblos indígenas – el universo se entiende como una unidad integral, un organismo interdependiente. Esta perspectiva nos ayuda a entender que la comunicación es la esencia de la vida y que los seres humanos están en comunicación con toda la creación.
La comunicación también juega el papel vital en el enfrentamiento de las amenazas contra la vida. La comunicación que afirma la vida promueve la verdad, la justicia, la participación, el diálogo, la apertura y la inclusión. La comunicación que amenaza la vida se caracteriza por la censura, la desinformación, la difusión del odio, las mentiras y la exclusión.
La comunicación puede fortalecer la capacidad de las personas de identificar y responder a amenazas contra la vida y puede abogar a favor de las personas invisibilizadas y excluidas. En un mundo que ha permitido a personas de distintos trasfondos personales, religiosos y culturales profundizar su comprensión mutua y sentirse en relación con las demás personas, la comunicación puede promover vida en común, vivida en fe, esperanza y amor.
Condúcenos a la justicia
Las y los comunicadores han sido llamados a tomar partido a favor de la justicia. La lucha por la dignidad de todas las mujeres, todos los hombres, requiere que las y los comunicadores sepan abogar por los derechos humanos – incluyendo el derecho a la comunicación – y también defender la integridad de toda la creación.
La comunicación hecha en la manera de Jesús debe incentivar la integridad y el bien común. Según Filipenses 2:7, “Se despojó a sí mismo, (y) tomó la forma de siervo”. Eso quiere decir que Jesús sirvió a todas las personas, y asumió de manera especial la causa de los pobres y de las personas sufridas, excluidas y oprimidas. Las y los comunicadores que están al servicio de la justicia se despojarán a si mismos y “tomarán la forma” de siervas y siervos del evangelio – aún si eso significa desafiar a las estructuras del poder.
La comunicación profética abre horizontes alternativas que no se limitan a las perspectivas impuestas por la cultura dominante. La comunicación profética capacita a individuos y a comunidades para contar sus propias historias y construir sus propias imágenes y gestos. Las y los comunicadores deben asegurar que las personas silenciadas tengan acceso a los medios necesarios para poder compartir sus puntos de vista con el mundo.
Condúcenos a la paz
La comunicación nos puede llevar al entendimiento o al desentendimiento, a la armonía o a la discordia. Las personas que luchan contra la injusticia utilizan a la comunicación para empoderar a las y los demás. Las personas que luchan contra la justicia utilizan a la comunicación para desempoderar. Las y los comunicadores para la paz buscan crear imágenes y contar historias que respetan los valores y las tradiciones que forman una parte esencial de las vidas de otras personas. Estas imágenes e historias pueden fortalecer la comprensión inter-religiosa e inter-cultural, desafiar estereotipos y promover sociedades capaces de convivir en paz, afirmando aquellos elementos que tienen en común y reconociendo aquellos que los dividen.
La comunicación para la paz crea oportunidades para que las personas puedan considerar y valorar respuestas no-violentas a conflictos actuales y potenciales. La comunicación para la paz revela trasfondos y contextos, escucha a todos los actores, expone agendas escondidas y destaca iniciativas por la paz sin importar de donde vengan.
La complejidad, envergadura y diversidad de los conflictos que existen en el mundo hoy significan que ninguna fuente noticiosa por si sola es capaz de responder adecuadamente al desafío de comunicar sobre un conflicto o sobre las posibles opciones para crear una paz sostenible. Abriendo ojos y oídos a las diversas fuentes de información y conocimiento cultiva un3a profundidad y amplitud de comprensión que permite a las personas tomar decisiones acertadas.
Retomando la comunicación
Los derechos a la comunicación plantean que la esfera pública debe ofrecer a todos y todas espacio y recursos para participar en debates transparentes, democráticos y bien fundamentados. Dichos derechos sostienen que el público debe tener pleno acceso a la información y el conocimiento necesarios para fortalecer la democracia, el empoderamiento, la práctica de la ciudadanía responsable y la transparencia en la gestión pública. Exigen cultivar ambientes políticos, sociales y culturales que promuevan el libre intercambio de una amplia gama de ideas creativas, conocimiento y productos culturales. Finalmente, los derechos a la comunicación insisten en asegurar la presencia de una diversidad de identidades culturales que, en su conjunto, enriquecen y profundicen el bien común.
La comunicación para la vida, la justicia y la paz afirma la centralidad de los derechos a la comunicación para los medios masivos, comunitarios y sociales, así como para restaurar la voz y la visibilidad de personas excluidas y desamparadas en un genuino espíritu de solidaridad, esperanza y amor.
Dios de la vida, en tu gracia, condúcenos a comunicar la justicia y la paz.
Llamado a la acción
Para ser comunicadores y comunicadoras efectivas en el mundo de hoy, y para dar el debido reconocimiento y apoyo a aquellas y aquellos que trabajan en el campo de la comunicación en las iglesias, en los medios seculares y como periodistas ciudadanos, llamamos a las iglesias y a sus socios:
- Llegar a ser comunicadores y comunicadoras por la vida, la justicia y la paz en todo el mundo, y especialmente en el contexto coreano, donde se busca alcanzar una reunificación pacífica.
- Abogar por los derechos a la comunicación para todas y todos.
- Capacitar a personas en las iglesias y en la sociedad en general para comunicar con responsabilidad e integridad, y para entender como se crean y consumen los medios en un mundo globalizado.
- Reflexionar sobre sus propias formas de hacer comunicación, tanta en forma interna como externa.
- Promover la educación para los medios, la comunicación para el desarrollo participativo, los medios y la justicia de género, y preparar herramientas contextualizadas que enseñen como comunicarse efectivamente.
- Integrar el estudio de la comunicación para la vida, la justicia y la paz a la formación teológica.
Las y los organizadores de la consulta expresan su agradecimiento al Comité Anfitrión Coreano de la 10a Asamblea del CMI, al Ministerio de Cultura, Deporte y Turismo de la República de Corea, a la Universidad Presbiteriana de Busán, a la Iglesia Presbiteriana Sansung (Busán), a la Iglesia Presbiteriana Youngdo-Jungang (Busan) y a la Iglesia Presbiteriana Dongshin (Busán).
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La Organización Mundial para la Comunicación Cristiana (WACC) es una organización internacional que promueve la comunicación como un derecho humano básico y esencial para la dignidad de las personas y de la comunidad. Enraizada en la fe cristiana, la WACC trabaja con todos aquellos a quienes se les niegan el derecho a la comunicación por su status, su identidad o su género. Defiende el pleno acceso a la información y la comunicación y promueve los medios de difusión abiertos y diversos. La WACC refuerza las redes de comunicadores para el avance de la paz, la comprensión y la justicia.
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