Hoy 29 de marzo se conmemora un año más del asesinato de Rafael y Eduardo Vergara Toledo. Ambos hermanos, de 18 y 20 años de edad, fueron ejecutados el 29 de marzo de 1985 en un operativo a cargo de Carabineros, en la intersección de la calle Las Rejas y 5 de Abril, en la comuna de Estación Central.
Como tantos otros hechos de violación a los derechos humanos cometidos por agentes del Estado, el crimen intentó ocultarse señalando que se trató de un enfrentamiento a raíz de un intento de asalto a un almacén del sector.
Rafael y Eduardo eran jóvenes luchadores contra la dictadura cívico-militar, participantes de las comunidades de base cristianas, que fueron fundamentales en la articulación social y protección ante la dictadura, y militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria.
Ese mismo día fue ejecutada Paulina Aguirre Tobar, de 20 años, militante también del MIR, en la casa en que vivía en el Arrayán. La familia de Paulina ya había sufrido la violencia de la dictadura, su padre Luis Aguirre fue torturado y su tío Pedro, fusilado, lo que la motivó a luchar contra el régimen.
Publicamos a continuación una carta que Rafael Vergara Toledo envío a su madre Luisa y que refleja su compromiso con el cambio social y su pensamiento cristiano.
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