Por Comunicaciones FASIC
La Dictadura Cívico-militar imperante en Chile, entre septiembre de 1973 y marzo de 1990, fue sancionada internacionalmente por haber utilizado el terrorismo de Estado, que afectó gravemente la garantía de las personas. En este contexto surge FASIC, asumiendo la defensa de los Derechos Humanos de las personas más vulneradas, oprimidas y marginadas por el sistema represivo impuesto por la Dictadura.
Por los distintos programas implementados por la institución -de apoyo jurídico, de salud mental, de reinserción social, de becas de estudio, de proyectos laborales- pasaron cientos de personas que siempre encontraron apoyo, compresión y ayuda. El primer programa en implementarse se relaciona con la reubicación en otro país, para restablecer la seguridad, la vida laboral y familiar de las personas que sufrieron la represión. Es así que FASIC delimitó un área de migración con los siguientes programas:
Programa de Conmutación de Penas: consistió en la asistencia jurídica y social a todas las personas condenadas por Tribunales Militares y su grupo familiar, que se acogieron al Decreto Supremo Nº 504, de 1975, del Ministerio de Justicia, sobre conmutación de penas privativas o restrictivas de libertad por extrañamiento.
Programa de Reunificación Familiar y Refugiados: constituye la implementación de un convenio con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas (UNHCR).
Programa Médico Siquiátrico: En acción desde septiembre de 1977, enfrenta, mediante la recuperación y tratamiento, el daño siquiátrico producido en las personas que han sufrido las experiencias de detención, apremios físicos, desaparecimiento, o muerte de un familiar, entre otras formas represivas.
Programa Desarrollo Poblacional Intracomunitario, en Valparaíso y en la Zona Oriente de Santiago, en la Población Jaime Eyzaguirre. Estos requerimientos partieron originalmente vinculados a problemas de derechos vulnerables de personas y poco a poco se fueron proyectando a otras necesidades de los grupos de base.
El trabajo con los presos políticos fue importante en la institución. Desde un primer momento, los abogados y trabajadores sociales, tuvieron la posibilidad de ingresar a los recintos carcelarios, comienzan a visitarlos para conocer las necesidades y dificultades que enfrentaban, y desde 1977, las visitas se extienden a presos políticos de regiones. Este programa llega atender a más de dos mil presos políticos. Algunos de los servicios prestados fueron:
Asesoría legal, para tramitar el Decreto Nº 504 e indulto.
Visitas periódicas a los lugares de reclusión, por abogado y trabajadores sociales.
Apoyo a talleres que funcionen en centros de reclusión.
Ayudas materiales y de orientación en los problemas de salud, vivienda y subsistencia.
Derivación de atención médica psiquiátrica, de familiares de presos políticos.
Esta atención se reforzó, entre los años 1983 y 1986, con un nuevo tipo de presos políticos, como consecuencia de la lucha social y política, en contra de la Dictadura Cívico-militar.
Las necesidades que se iban presentando en la urgencia de la defensa de los Derechos Humanos, dieron pie para iniciar diferentes programas, como fue el caso del Programa de Relegación, el cual se activó a partir de la promulgación del Decreto Ley Nº 3.168, dictado el 6 de febrero de 1980, que facultaba al Poder Ejecutivo para relegar, sin juicio previo, por un plazo de tres meses, a los más apartados lugares del territorio nacional. Es así que FASIC comienza a prestar ayuda a más de doscientos relegados, a nivel nacional.
En 1978, se inicia el Programa de Becas para atender a ex-presos políticos, sus hijos y esposas, a los familiares de detenidos desaparecidos y familiares de ejecutados políticos, todos aquéllos que habían sufrido los efectos directos de la represión y, por tanto, un fuerte deterioro en sus ingresos. Frente a esta realidad es que FASIC comienza a realizar aportes para estudios, manutención o pequeños emprendimientos. Este Programa se complementa con distintos tipos de becas, como las Becas Chile y Becas para retornados.
Los cambios sociales y políticos recientes, hicieron necesario redefinir los objetivos institucionales, para dar respuesta a los nuevos desafíos. En este contexto de avance del proceso democrático es necesario declarar que aún queda pendiente la tarea de verdad y justicia.
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