“La COVID-19 ha paralizado muchos aspectos de la vida, pero las implicaciones humanitarias de esta crisis no han cesado, y nuestra acción coordinada sigue siendo más necesaria que nunca. Instamos a la comunidad internacional a aumentar su apoyo a los programas humanitarios, de protección e integración, de los que dependen la vida y el bienestar de millones de personas, incluidas las comunidades de acogida”, sostuvo Eduardo Stein, representante especial conjunto de ACNUR y la OIM para los refugiados y migrantes de Venezuela, en un comunicado publicado el pasado miércoles.
Por su parte, Olga Sarrado, portavoz de ACNUR para la situación de Venezuela, informó que sólo se ha reportado “un número muy limitado de casos confirmados entre los refugiados y migrantes de Venezuela en la región”.
“Las estadísticas de COVID-19 dependen del nivel de testeo y reporte de los casos ofrecidos por las autoridades nacionales”, agrega.
La representante subraya, sin embargo, que “esta es una pandemia global y los refugiados y migrantes venezolanos están tan expuestos al virus como las poblaciones locales”.
Sarrado explica que la emergencia mundial ha agravado la difícil situación de los refugiados y migrantes venezolanos y de sus comunidades de acogida.
“Muchos dependen de ingresos diarios para cubrir sus necesidades básicas como vivienda, alimentación y atención médica y con la situación actual han perdido su única fuente de recursos; otros no tienen un techo sobre sus cabezas en el que seguir con las medida de aislamiento impuestas”, sostiene.
Desde ACNUR y la OIM, además de continuar su acompañamiento a los migrantes, autoridades nacionales y tomar las medidas de prevención necesarias, han hecho distribución de medidas de higiene a seguir para evitar el contagio, el establecimiento de nuevos puntos de agua, la distribución de jabón y kits de higiene y limpieza, entre otros.
Sin embargo, señala el comunicado emitido esta semana, el Plan de Respuesta Regional para Refugiados y Migrantes (RMRP, por sus siglas en inglés) lanzado en noviembre de 2019 para responder a las necesidades de los refugiados y migrantes de Venezuela, solo ha recibido un 3% de los fondos solicitados. De la meta de 1.300 millones de dólares se han recolectado apenas 39 millones.
Sarrado explica que la emergencia “ha agravado todavía más la urgente necesidad de financiación para responder a las necesidades de los más vulnerables ya que los programas han tenido que adaptarse para responder a la emergencia”.
Por ello, expone, todas las organizaciones están revisando sus programas y dando prioridad a sus actividades para adaptarse al nuevo contexto y el RMRP fue incluido en el Plan Humanitario Global para la COVID-19. “La necesidad de fondos es urgente”, agrega.
Más allá de la parte financiera, la representante explica que es importante que las medidas que los distintos países tomen para enfrentar el coronavirus “no limiten el derecho a pedir protección internacional y trabajar de manera conjunta para que los refugiados y migrantes de Venezuela sean incorporados en los planes nacionales de salud, prevención y respuesta”.
FUENTE:www.voanoticias.com
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